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Qué es la cara oculta de la Luna: aclarando un misterio

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La cara oculta de la Luna ha vuelto a estar de plena actualidad gracias a la misión Chang’e-4, con la que China ha conseguido alunizar por primera vez una sonda en dicha zona de nuestro satélite.

Desde que se empezó a hablar de ella la cara oculta de la Luna ha generado mucha expectación. El desconocimiento y la falta de datos oficiales permitió que surgieran una gran cantidad de mitos y de «historias para no dormir», entre las que destacan aquellas que decían que en esa cara se encontraba una base alienígena escondida que nos estaba espiando casi desde el comienzo de la vida en la Tierra.

Obvia decir que todas esas historias no son ciertas, ¿pero qué es exactamente la cara oculta de la Luna? Pues muy sencillo, se define como el hemisferio de nuestro satélite que no se puede observar nunca desde la Tierra debido a que su movimiento de rotación tarda lo mismo que el movimiento de traslación alrededor de nuestro planeta. Dicho de otra forma, la Luna siempre nos muestra una misma cara, y la otra queda «oculta».

Estoy seguro de que también habréis oído hablar de otros apelativos como «la cara oscura de la Luna», pero no es del todo correcto, ya que todas las partes de nuestro satélite reciben en algún momento luz directa del Sol. En total la superficie de la Luna que queda oculta ronda el 41%, lo que equivale a unos 15,5 millones de kilómetros, aproximadamente.

Aunque se empeñen en decirnos lo contrario la cara oculta de la Luna está lejos de ser ese misterio espectacular que ha permitido a más de uno liberar su imaginación. El fenómeno al que debe su existencia es muy común entre los satélites que orbitan a los diferentes planetas del sistema solar, y la sonda soviética Luna 3 tuvo la ocasión de fotografiarla por primera vez en 1959, así que contamos con información de esa zona desde hace décadas.

¿Y por qué no hemos aterrizado nunca en ella con una misión espacial? Puede que alguno se lleve una decepción pero la explicación también es muy sencilla: porque presenta una orografía más accidentada y la posición en la que se encuentra con respecto a la Tierra retarda la llegada de las comunicaciones. Esto hace, en conjunto, que sea más difícil alunizar en esa cara que en la que tenemos visible.

China ha superado este problema instalando un satélite en la zona que ha trabajado como repetidor para acelerar las comunicaciones entre la sonda y la Tierra. Es un medio sencillo, pero requiere una inversión mayor que en otras misiones no se llegaron a plantear.

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