Primer vistazo al archivo de aplicaciones de Windows 10

Microsoft preparar una nueva característica para Windows 10 que pueda dar mucho de que hablar y no para bien, aunque todo se verá. Se trata del «archivo de aplicaciones» del que os hablamos ayer y que en esencia consiste en eliminar aquellas aplicaciones que no se usan de forma habitual para ganar espacio de almacenamiento.

El intríngulis está en que la función estaría activada por defecto -o así se presenta en las compilaciones del canal Insider para betatesters- y, por lo tanto, muchos usuarios podrían encontrarse de buenas a primeras con que algunas de sus aplicaciones han desaparecido ‘por la cara’. No obstante, el fundamento del «archivo de aplicaciones» es que se conservarán los datos de las mismas, de manera que su restauración sea lo más indolora posible.

Se conservarán los datos, siempre que se pueda. Ahí está la clave, porque tal y como explica Microsoft: «Para ahorrar espacio de almacenamiento y ancho de banda, las aplicaciones que no usa con frecuencia se archivarán automáticamente. Se guardarán sus archivos y otros datos. La próxima vez que use una aplicación archivada, se conectará a Internet para restaurar la versión completa (si aún está disponible)».

Conservar los datos del archivo de aplicaciones se refiere a los datos propios de cada aplicación, las configuraciones personalizadas principalmente, no los archivos generados por estas (hasta ahí podíamos llegar). Pero claro, ¿qué pasará cuando no se encuentre la misma versión de la aplicación o surjan problemas para restaurar su estado? Y ¿dónde se guardarán esos datos? Porque si el objetivo es preservar el espacio de almacenamiento, todo huele a la nube.

Mientras todas estas cuestiones se desvelan, ya se puede ver la primera implementación del archivo de aplicaciones de Windows 10, según muestran en gHacks. Y lo importante del tema es que si bien la función está activada por defecto, al menos en Windows Insider, podrá desactivarse rápidamente desde la configuración del sistema. Asimismo, solo afecta a las aplicaciones instaladas desde la tienda de de Windows, y no a las aplicaciones clásicas.

Más arriba puedes ver una galería con las primeras capturas de esta función, de discutible utilidad en los tiempos que corren de espacios de almacenamiento cada vez mayores. Porque un PC no es un móvil y el sistema operativo ya tiene mecanismos para advertir al usuario de la falta de espacio. Y cualquiera, se supone, es capaz de desinstalar por su propia mano esas aplicaciones que no usa cuando sea necesario.