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Diablo II: Resurrected: recupera tus partidas guardadas… de hace 20 años

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Diablo II: Resurrected te permitirá recuperar tus partidas guardadas... de hace 20 años

Con el anuncio de Diablo II: Resurrected hace un par de semanas, en la BlizzCon 2021, Blizzard ha abierto la Caja de Pandora de la nostalgia. Aunque el anuncio no supuso una sorpresa, pues ya se había filtrado unos días antes, la confirmación de que el mejor título de la saga, pese a que todavía no tiene fecha (a lo largo de 2021, es lo único que sabemos) ya ha generado unas expectativas a la altura del sabor de boca que dejó en sus jugadores el título lanzado el ya lejano año 2000.

Aunque hay jugadores que lo esperan pese a que no lo disfrutaron en su momento, es evidente que buena parte de los usuarios que esperan Diablo II: Resurrected son quienes sí que lo jugaron, quizá no el mismo año de su lanzamiento, pero sí bastante más cerca de dicha fecha que ahora. Y en Blizzard son conscientes de ello, y han contemplado una posibilidad que, sin duda, disparará las expectativas de muchos de los nostálgicos que ya lo están esperando.

Y es que, según podemos leer en The Verge, Blizzard hará posible que los jugadores de la versión original de Diablo II puedan cargar sus partidas guardadas del clásico en Diablo II: Resurrected. Obviamente habrá personas que han seguido jugándolo recientemente, pero no negaré que la primera imagen que me ha venido a la cabeza es la de muchas personas rebuscando en su colección de disquetes… y buscando después una disquetera con la que poder recuperar el contenido de los mismos. Y es que no olvidemos que han pasado 21 años desde la publicación del original.

Obviamente Blizzard no puede hacer mucho para ayudarnos a recuperar los soportes físicos en los que se guardaron dichas partidas en su momento, pero eso no le resta valor a que haya dedicado el tiempo y los recursos que hayan sido necesarios (imagino que no muchos, pero como mínimo era necesario tener la idea). Y me gustaría ponerme en la piel de alguno de esos jugadores que, tantos años después, pueda retomar una partida guardada hace, no sé, ¿una década? ¿Quince años?, y disfrutarla con el nuevo motor gráfico de Diablo II: Resurrected.

Digo que en realidad no debe haber sido necesario demasiado tiempo para implementar esta retrocompatibilidad en Diablo II: Resurrected porque, como ya ha aclarado Blizzard, no hablamos de una reescritura completa del título. En realidad la compañía ha reciclado una parte importante del código original, modificando solo los aspectos que era necesario. Es más, es posible que a partir de la idea de la compatibilidad con partidas antiguas, hayan optado por mantener el mismo sistema de guardado del Diablo II original E insisto, incluso así, me sigue pareciendo un enorme acierto.

Reconozco que Diablo es una saga a la que nunca le he dedicado demasiado tiempo. Conozco los títulos, dediqué algunas horas (pocas) a los dos primeros, y la infame casa de subastas de Diablo III hizo que ni me acercara a él (aunque es cierto que en determinado momento fue eliminada). Sin embargo pienso en personas que le han dedicado mucho tiempo, como mi compañero Isidro, que recientemente compartió los diez momentos de la saga que quedaron grabados para siempre en su memoria y apuesto a que, si todavía conserva alguna partida de Diablo II guardada, poder retomarla, aunque solo sea unos minutos, en Diablo II: Resurrected, será una experiencia de lo más satisfactoria.

De momento Blizzard está jugando con los tiempos. Es evidente que ya tienen más o menos clara la ventana de lanzamiento de Diablo II: Resurrected, pero de momento están manteniendo la incógnita para que la curiosidad haga que no decaiga el interés. Lo que sí que sabemos ya son los requisitos técnicos del juego, que evidencian que el cambio en las tripas de Diablo II ha hecho que esta nueva versión del clásico sea, sin duda, bastante más exigente que el original.

Si me dieran una cana por cada contenido que he escrito relacionado con la tecnología... pues sí, tendría las canas que tengo. Por lo demás, música, fotografía, café, un eReader a reventar y una isla desierta. ¿Te vienes?

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