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Tiempos de carga en juegos: Prueba de rendimiento con un WD Black SN850

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Utilizar un SSD puede mejorar enormemente los tiempos de carga en juegos. Es un tema que ya hemos tocado en ocasiones anteriores, y al que dedicamos, en su momento, un sencillo pero interesante artículo donde os explicamos cómo afecta un SSD al rendimiento en juegos. En él aprovechamos, además, para resolver algunos mitos sobre este tipo de unidades, descubrimos que puede tener un impacto notable que va más allá de la simple reducción de los tiempos de carga.

Ha llovido mucho desde entonces. Las unidades PCIE se han estandarizado, y aunque no han desplazado por completo a las unidades SATA, es indudable que su cuota de mercado es cada vez mayor, y que han adquirido un enorme protagonismo. En este sentido, la llegada de las consolas de nueva generación también ha jugado un papel decisivo, y cuando estas se conviertan en la base de todos los desarrollos de videojuegos, veremos una transición plena a dicho tipo de unidades de almacenamiento.

Esa transición no supondrá el final de los discos duros tradicionales. Estos seguirán teniendo su propio espacio en el mercado, pero su presencia será cada vez menor en el mundo del gaming porque, al final, no pueden competir en prestaciones con los SSDs, y para jugar en buenas condiciones acabará siendo imprescindible disponer de una unidad de almacenamiento de ese tipo.

Quizá los SSDs no se conviertan, en sentido estricto, en un requisito excluyente, pero sí en algo necesario. Con esto quiero decir que, aunque podamos seguir instalando juegos en un HDD, llegaremos al punto en el que esto acabará siendo poco o nada recomendable, porque tendremos que estar dispuestos a aceptar unos tiempos de carga demasiado altos, efectos de popping y de carga de texturas y otros problemas provocados por los altos tiempos de acceso, y las bajas velocidades, de esas unidades mecánicas.

Los SSDs ya han demostrado que pueden marcar una gran diferencia en muchos aspectos, y que uno de los más importantes es la reducción de los tiempos de carga en juegos, ¿pero a qué nivel hemos llegado gracias al estándar PCIE Gen4 x4? Creo que es una pregunta muy interesante, y para responderla he decidido poner a prueba algunos de los juegos más importantes del momento bajo una plataforma de última generación. En esta prueba, nos centraremos en los tiempos de carga de cada título, y valoraremos tanto el tiempo de arranque del mismo como el de carga de una partida.

Tiempos de carga en juegos: Nociones previas

Esta imagen muestra un caso extremo de popping provocado por ausencia de las texturas, que no han cargado.

Antes de entrar a ver las pruebas, creo que es importante que tengamos claro qué factores pueden influir cuando hablamos de tiempos de carga en juegos. Sé que muchos de nuestros lectores me dirán que lo más importante es la unidad de almacenamiento porque, al fin y al cabo, de ella dependen aspectos clave como los tiempos de acceso y las velocidades de lectura.

Sí, es cierto, tenéis toda la razón, la unidad de almacenamiento es un tema clave en este sentido, tanto que para paliar la lentitud de las unidades mecánicas de PS4 y Xbox One los desarrolladores recurrieron a la duplicación de datos en las instalaciones. Así, cuando se instala un juego para dichas consolas que pesa, por ejemplo, 100 GB, casi la mitad de ese peso son datos duplicados para que la unidad HDD lo tenga más fácil para encontrar los archivos que necesita. Los tiempos de carga en ambas consolas ya son muy tediosos incluso con ese truco, así que imaginaros cómo serían sin él.

No obstante, aunque la unidad de almacenamiento es un pilar clave cuando hablamos de tiempos de carga en juegos, también influyen otros aspectos importantes, como el procesador, la memoria RAM y nuestra conexión a Internet en el caso de juegos que deben verificar y/o descargar cosas antes de iniciar. Esto tiene una explicación muy sencilla, y es que el procesador, la memoria RAM y el SSD trabajan de forma conjunta para completar el proceso de carga de un juego. La CPU convierte la información que recibe en bruto del SSD en instrucciones y datos interpretables por el sistema, que se almacenan en la memoria RAM, y también en las cachés del propio procesador.

Cuanto más potente sea el procesador, más rápido se completará ese proceso de «interpretación y traducción» que inicia con la ejecución del juego en el SSD, y cuanto más rápida sea la memoria RAM menos tiempo tardará en guardar, y dejar preparado, todo lo que necesita para que pueda iniciar el juego. Un procesador más lento, y con menos núcleos, tardará más tiempo que otro más rápido, y con más núcleos. Con todo, la diferencia que marca un procesador en los tiempos de carga en juegos puede variar mucho en función de cada título en concreto, e ir desde unas pocas décimas de segundo hasta varios segundos.

Obviamente, en los juegos online que necesitan completar un proceso de conexión con los servidores, validar y descargar e instalar archivos y parches, la velocidad de nuestra conexión a Internet y el estado de los propios servidores también afectará a los tiempos de carga en juegos.

Por otro lado, también influye la propia optimización del juego, el sistema antipiratería que utilice (Denuvo afecta al rendimiento, ya lo sabemos) y la base sobre la que se hayan desarrollado. Esto ha quedado más que confirmado, ya que, por ejemplo, los juegos de transición intergeneracional suelen mostrar una mejora importante cuando se ejecutan en un SSD, pero esta es menos marcada que en aquellos otros títulos que han sido desarrollados en exclusiva para la nueva generación de consolas.

Cyberpunk 2077 es un buen ejemplo. Al ejecutar la versión de PS4 en PS5 bajo el modo de compatibilidad, la consola de nueva generación de Sony tardaba unos 25 segundos en completar el proceso de carga. Con el parche 1.5, que adapta el juego a la nueva generación de consolas, el tiempo de carga se reduce a menos de 12 segundos, es decir, a menos de la mitad.

Un SSD de alto rendimiento supone un salto enorme

WD Black SSD

Utilizar un disco duro tradicional de 7.200 RPM para jugar ha dejado de ser recomendable en la mayoría de los casos, no solo porque los tiempos de carga de algunos juegos pueden ir más allá de un minuto, mientras que en un SSD apenas tendríamos que esperar unos segundos, sino también porque en ciertos juegos ese tipo de unidades actúan como un cuello de botella importante, y generan problemas nada agradables que van desde microtirones hasta efectos de popping muy marcados.

Cyberpunk 2077 vuelve a ser otro de los mejores ejemplos, aunque no es el único. Todos aquellos juegos con un enfoque de tipo mundo abierto que nos permiten explorar amplias zonas van generando, en función de las acciones del jugador, todos los elementos que le rodean. Para que el motor gráfico pueda desarrollar todo su potencial, la unidad de almacenamiento debe estar a la altura, ya que de lo contrario se producirán retrasos en la carga de esos elementos, y esto puede hacer que no veamos algunos objetos del mapa, o que estos aparezcan de repente y nos den un buen susto.

Un HDD convencional puede alcanzar un ancho de banda aproximado de 200 MB/s en lectura secuencial, pero al utilizar partes mecánicas la latencia que se genera en los tiempos de acceso es muy elevada.

Por contra, un SSD de última generación, basado en el estándar PCIE Gen4 x4, puede alcanzar los 7.000 MB/s en lectura secuencial, y al no utilizar partes mecánicas sus tiempos de acceso son muy rápidos. Al final, la diferencia que marca un SSD frente a un HDD es enorme, y como hemos dicho afecta a muchos aspectos, no solo a los tiempos de carga en juegos.

Por ejemplo, y siguiendo con Cyberpunk 2077, al ejecutarlo sobre un HDD el tiempo de carga de una partida es mucho más largo, y cuando se completa el proceso de carga es fácil apreciar que no se han terminado de generar, y de cargar, todos los elementos de la escena. Ese efecto de «popping» se mantiene mientras jugamos, y va acompañado de tirones y de parones en ciertas zonas, donde es necesario volver a cargar datos.

WD Black SN850 tiempos de carga en juegos

Tiempos de carga en juegos: Esto es lo que conseguimos con un SSD de alto rendimiento

Ya tenemos la base necesaria para valorar, con un colchón técnico suficiente, los resultados de las pruebas que vamos a ver a continuación, pero antes de entrar a ver los resultados es importante conocer la configuración del equipo que hemos utilizado:

  • Windows 11 como sistema operativo.
  • Procesador Intel Core i5-12600K.
  • Placa base Gigabyte Aorus Master Z690.
  • Memoria RAM Corsair VENGEANCE, DDR5 a 4.400 MHz con latencias CL36 en dos módulos de 32 GB cada uno (64 GB en total).
  • SSD PCIE Gen4 x4 WD Black SN850 de 2 TB.
  • Tarjeta gráfica GeForce RTX 3080 Ti con 12 GB de memoria GDDR6X.
  • Sistema de refrigeración líquida Corsair iCUE H150i Elite LCD.
  • Fuente de alimentación Corsair RM1000x con certificación 80 Plus Oro de 1.000 vatios.

La metodología de las pruebas es sencilla. Hemos medido el tiempo total desde que hacemos clic para ejecutar cada juego, o para cargar la partida, hasta que se completa cada uno de esos procesos. Esto quiere decir que en el inicio hemos contado el tiempo desde que se ejecuta hasta que llegamos a la pantalla en la que podemos realizar la primera acción.

Tened en cuenta que algunos juegos muestran, hasta llegar a ese punto, mucha información que no podemos saltar, como DOOM Eternal, y que otros hacen un proceso de verificación anti-trampas y online muy tedioso que añade un retraso importante, como Gears 5, por ejemplo. Red Dead Redemption 2 también pierde mucho tiempo con la comprobación del cliente de Rockstar.

En todos los casos, hemos ejecutado los juegos desde cero, es decir, reiniciando el sistema tras cada inicio y carga de partida. Esto hace que se vacíe por completo la memoria RAM, y nos permite conseguir un resultado lo más neutral, limpio y fiable posible. Podéis ampliar todas las imágenes haciendo clic en ellas.

Creo que los resultados hablan por sí mismos y son, en general, muy buenos, salvando algunos casos excepcionales que, obviamente, tienen una explicación. Gears 5 tiene un tiempo de inicio muy lento porque realiza, como os he dicho al principio, un montón de tareas y de comprobaciones previas, y también tiene una pantalla de espera al inicio muy larga que finaliza en una segunda pantalla de carga. Sin embargo, el tiempo de carga de las partidas es rápido.

Shadow of the Tomb Raider es uno de los juegos que mejor ha respondido en nuestras pruebas de tiempos de carga en juegos, tanto en lo que respecta al tiempo de inicio como de carga de partida. Muchos de los juegos cargan la partida en menos de 10 segundos con el equipo que hemos utilizado, aunque DOOM Eternal se lleva la palma con su récord de menos de 5 segundos. Por contra, Death Stranding consigue el resultado inverso, ya que tarda muchísimo en cargar una partida. Creo que esto puede estar provocado por el propio motor del juego, o ser simplemente un fallo de la versión de PC.

Si utilizamos un HDD, los tiempos de carga se multiplican. Por ejemplo, cargar una partida en DOOM Eternal puede llevarnos entre 20 y 30 segundos, dependiendo de la velocidad de la unidad que utilicemos, mientras que con el WD Black SN850 el juego carga en menos de 5 segundos, como hemos visto. En Metro Exodus Enhanced Edition la cosa es aún peor, ya que hablamos de tiempos de carga de entre 60 y 90 segundos, es decir, entre un minuto y un minuto y medio para cargar una partida. Con el WD Black SN850, ya hemos visto que podemos completar la carga de una partida en menos de 15 segundos.

Hacer estas pruebas me ha servido para confirmar que un SSD marca una diferencia enorme, y que mejora tanto la experiencia con juegos que realmente es algo imprescindible. Sin él, los tiempos de inicio y carga en juegos pueden llegar a ser desesperantes. Por otro lado, estas pruebas también me han hecho darme cuenta de lo pesados y molestos que llegan a ser los procesos de verificación online, los sistemas antitrampas y los mensajes, logos y créditos que muestran algunos desarrolladores al inicio de sus juegos, y que no podemos saltar de ninguna manera. Esto aumenta notablemente los tiempos de carga en juegos.

Finalmente, también he notado que queda un camino importante en términos de optimización, ya que muchos de esos valores son claramente mejorables, aunque no debemos esperar una evolución notable en este sentido hasta que los desarrollos de juegos partan, por completo, de la nueva generación de consolas y se olviden por completo de los HDDs.

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