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Cinco mitos sobre PS4 Pro y Xbox One X pendientes de superar

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Incluso antes de que se produjera su llegada hemos visto una gran cantidad de mitos sobre PS4 Pro y Xbox One X, dos consolas que representan una renovación intergeneracional previa a la llegada de PS5 y Xbox Two.

La primera en llegar fue PS4 Pro, una consola que según los primeros rumores iba a hacer «temblar» a los PCs gaming de gama alta. Lo mismo ocurrió con Xbox One X, la consola generó muchas expectativas porque llegó después (tuvo más tiempo de desarrollo y el coste de los componentes bajó) y porque Microsoft había aprendido la lección con Xbox One: no podía permitirse lanzar una consola menos potente que la de Sony.

Ha pasado mucho tiempo y los que nos leéis habitualmente conocéis al detalle todas las claves que definen a Xbox One X y PS4 Pro, pero hemos podido ver que todavía se mantienen algunos mitos sobre PS4 Pro y Xbox One X, y por eso hemos querido hacer este artículo especial, en el que os vamos a explicar cinco mitos sobre ambas consolas que deberíamos superar de una vez.

Como siempre esperamos que os guste y os invitamos dejar vuestras dudas en los comentarios.

¿Por qué llegaron PS4 Pro y Xbox One X al mercado?

Antes de entrar a ver los mitos sobre PS4 Pro y Xbox One X creemos que es importante hacer una valoración previa de las razones que llevaron a Sony y Microsoft a lanzar dichas consolas. Esto nos permitirá entender su existencia, y también esos mitos.

Tanto PS4 como Xbox One llegaron al mercado a finales de 2013, es decir hace casi cinco años. Las dos están basadas por completo en un hardware tipo PC, cosa que no ocurría con PS3 y Xbox 360. Esto contribuyó a reducir los costes de desarrollo y de producción, y también a simplificar la creación de videojuegos multiplataforma, pero agudizó sus carencias y facilitó una comparativa directa con el hardware en PC.

Poco después de llegar quedó claro que PS4 era algo así como un PC gaming de gama media (en 2013) y Xbox One un PC gaming de gama media-baja (también en 2013). Esta realidad fue haciendo mella en los consumidores, que vieron como el hardware de ambas consolas era arrollado por el PC durante los años venideros. PS4 era conocida por mover juegos en 1080p a 30 FPS y Xbox One hacia lo propio pero a 720p y 30 FPS en la mayoría de los casos.

Por contra un PC de gama media de 2016 ya era capaz de mover juegos de forma fluida en 1080p y 1440p (una GTX 1060 de 6 GB puede hacerlo sin problemas y es gama media). Sony y Microsoft se dieron cuenta del problema de alargar la vida de un hardware obsoleto y vieron la necesidad de lanzar una renovación intergeneracional con mayor potencia gráfica para evitar la pérdida de usuarios a favor del PC. La respuesta de la compañía nipona fue PS4 Pro, y la del gigante de Redmond Xbox One X.

Ambas llegaron acompañadas de una serie de promesas comunes. Al final no todas se han cumplido, y aquellas que no lo han hecho han sobrevivido en forma de mitos sobre PS4 Pro y Xbox One X que todavía campan a sus anchas por Internet.

1.-PS4 Pro y Xbox One X son consolas 4K

Es falso, y de todos los mitos sobre PS4 Pro y Xbox One X es sin duda el más extendido. No son consolas 4K. Hay algunos casos concretos en los que ambas consolas han conseguido mover juegos en 4K nativo, pero no es la norma general. La realidad es que las dos recurren en la mayoría de los casos al reescalado o a la resolución dinámica para poder ofrecer una resolución «cercana» al 4K y mantener una fluidez aceptable.

En el caso de PS4 Pro hablamos más bien de una consola «2K», ya que suele partir de resoluciones 1440p o 1600p y a partir de ahí reescala a 4K aplicando un filtrado específico para reducir la pérdida de calidad que se produce al estirar los píxeles.

Xbox One X también tira de reescalado aunque por lo general suele partir de resoluciones 1800p, lo que le permite conseguir una calidad de imagen superior al tener una mayor base de píxeles sobre la que «estirar».

Por lo que respecta a la resolución dinámica no hay misterio. Es una técnica que parte de una resolución determinada y la reduce en función de la carga gráfica para mantener una tasa de fotogramas por segundo determinada. En DOOM 2016 para Xbox One X el juego renderiza a 3.840 x 2.160 píxeles (4K), pero la resolución dinámica reduce dicha resolución hasta 3.072 x 2.160p si es necesario para mantener una tasa de FPS constante.

2.-PS4 Pro y Xbox One X utilizan tecnología revolucionaria

Un mito sobre PS4 Pro y Xbox One X que aprovecha el desconocimiento de muchos usuarios sobre las «profundidades» del sector tecnológico. Recuerdo un momento en concreto, cuando dije que Xbox One X estaba descompensada a nivel de procesador y me llovieron las críticas. Algunos lo pintaban como revolucionario por las optimizaciones que había introducido Microsoft, yo decía que una CPU Jaguar siempre sería una CPU Jaguar (pobre en potencia), y al final tuvo que venir el jefe de la división Xbox a darme la razón.

Ninguna de las dos consolas utiliza una tecnología revolucionaria, ni a nivel gráfico ni de CPU, y tampoco en lo que respecta a la arquitectura interna ni a la distribución de la memoria, y el motivo es muy sencillo, fueron desarrolladas desde el principio con el objetivo de ser compatibles con Xbox One y PS4. Cualquier cambio revolucionario habría complicado sobremanera esa compatibilidad, un error que ni Sony ni Microsoft podían permitirse.

Puede que con la llegada de PS5 y Xbox Two veamos alguna innovación verdaderamente revolucionaria, sobre todo en lo que respecta a integración CPU y GPU, pero PS4 Pro y Xbox One X no son más que dos variantes «vitaminadas» de PS4 y Xbox One.

3.-Utilizan una GPU de gama alta

Es totalmente falso, y lo vamos a ver con datos concretos. A continuación repasamos las especificaciones concretas de las GPUs que utilizan PS4 Pro y Xbox One X y las comparamos con las de una Radeon RX 480. Adjuntamos la fecha de lanzamiento de cada una para evitar dudas.

GPU de PS4 Pro (septiembre de 2016)

  • 2.304 shaders a 911 MHz.
  • 144 unidades de texturizado.
  • 64 unidades de rasterizado.
  • Bus de 256 bits con GDDR5 (217 GB/s de ancho de banda).

GPU de Xbox One X (noviembre de 2017)

  • 2.560 shaders a 1.172 MHz.
  • 144 unidades de texturizado.
  • 32 unidades de rasterizado.
  • Bus de 384 bits con GDDR5 (326 GB/s de ancho de banda).

Radeon RX 480 (junio de 2016, gama media)

  • 2.304 shaders a 1.266 MHz.
  • 160 unidades de texturizado.
  • 32 unidades de rasterizado.
  • Bus de 256 bits con GDDR5 (256 GB/s de ancho de banda).
  • Precio de lanzamiento: 229 dólares.

Como podemos ver tanto Xbox One X como PS4 Pro utilizan una GPU que debemos considerar como gama media y que no está verdaderamente preparada para mover juegos exigentes en resoluciones 4K con un nivel alto de calidad gráfica. Otro de los mitos sobre PS4 Pro y Xbox One X queda aclarado y superado.

Imagen cortesía de Anandtech.

4.-Son como un PC gaming de gama alta

Otro de los mitos sobre PS4 Pro y Xbox One X más extendidos, y que de hecho está unido al anterior. Ya hemos visto que la GPU de ambas consolas es de gama media, pero éste no es el único componente que importa así que vamos a hablar de otros dos componentes fundamentales: procesador y memoria.

Ambas consolas utilizan memoria GDDR5 unificada, algo muy positivo ya que se trata de un componente de alto rendimiento utilizado en tarjetas gráficas de gama media y de gama alta. Sin embargo el procesador que montan ambas consolas está basado en la arquitectura Jaguar de AMD, una solución de bajo consumo y bajo rendimiento que como podéis ver en las gráficas adjuntas tiene un rendimiento inferior al de los Intel Atom serie Z3000.

Estoy convencido de que ahora entenderéis por qué he cuestionado siempre el uso de un procesador Jaguar en ambas consolas y el enorme cuello de botella que representa. Por si todavía quedan dudas recuerdo que lo ha reconocido el propio Phil Spencer.

5.-Consiguen una calidad gráfica muy elevada

Otro gran mito sobre PS4 Pro y Xbox One X que se repite como si de un mantra se tratase. Ya hemos explicado el tema del reescalado y el de la resolución dinámica, dos elementos que por sí mismos ya reducen de forma visible la calidad gráfica de los juegos, pero debemos tener en cuenta además que los ajustes que se utilizan no equivalen nunca a lo que podríamos considerar como una configuración muy alta o ultra en PC.

En la mayoría de los casos los juegos de PS4 Pro y Xbox One X utilizan ajustes gráficos que encajan con lo que podemos considerar como «calidad media» en PC. Esto se deja notar en muchos aspectos, aunque los más fáciles de identificar son la calidad de las texturas, la calidad de las sombras, la oclusión ambiental y la distancia de visión.

El vídeo que acompañamos al final, cortesía de DigitalFoundry, nos ayuda a ilustrar a la perfección todos los mitos sobre PS4 Pro y Xbox One X que hemos tratado en este artículo.

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