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AMD Radeon VII moviendo juegos en 8K: ¿es capaz de aguantar el tipo?

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La AMD Radeon VII es una tarjeta gráfica diseñada para jugar de forma óptima en resoluciones 4K, una resolución muy alta que será sucedida en los próximos años por el estándar 8K.

Con esto no quiero decir que las resoluciones 8K no existan, son una realidad desde hace tiempo, pero sus exigencias a nivel de hardware son tan altas que no resulta viable utilizarlas cuando hablamos de videojuegos y mercado de consumo general.

La llegada de las consolas de nueva generación, PS5 y Xbox Two, marcará la estandarización de las resoluciones 4K, una meta que, como sabemos, ha quedado grande a PS4 Pro y Xbox One X. Sin embargo, en el sector del PC tarjetas gráficas como la AMD Radeon VII pueden mover juegos en 4K sin problemas, y, sorprendentemente, también es capaz de ofrecer una experiencia «aceptable» en 8K.

Así lo confirma la prueba de rendimiento que acompañamos en el vídeo que encontraréis justo al final del artículo, donde podemos ver una AMD Radeon VII moviendo juegos como Crysis 3, Resident Evil 2 Remake, Assassin’s Creed Odyssey, Battlefield V y Far Cry 5 en 8K con la configuración gráfica en calidad alta. El suavizado de bordes está, por razones evidentes, desactivado.

Antes de entrar a ver los resultados de esta prueba de rendimiento os recordamos que la resolución 8K equivale a 7.680 X 4.320 píxeles, lo que suma un total de 33 millones de píxeles, mientras que la resolución 4K representa 3.840 x 2.160 píxeles, lo que equivale a casi 8,3 millones de píxeles. La diferencia es, como vemos, abismal.

Si nos dejamos llevar por el conteo de píxeles que representan una y otra resolución sería fácil adelantarnos al resultado de la AMD Radeon VII en 8K: no debería ser capaz de ofrecer una experiencia mínimamente aceptable, pero como dijimos lo cierto es que ocurre todo lo contrario.

Es cierto que la experiencia varía en función de cada título en concreto, pero en general tenemos resultados que rondan entre los 20 y los 30 FPS, cifras que entran en lo que podemos considerar como «jugable». Por ejemplo, Assassin’s Creed Odyssey ronda los 20-27 FPS, mientras que Crysis 3 sube hasta los 29-35 FPS. Resident Evil 2 Remake consigue una experiencia cercana a los 30 FPS fijos, algo que francamente resulta impresionante.

No hay duda de que el 8K se convertirá en el próximo gran estándar dentro del mundo de los videojuegos, pero todavía faltan varios años para que esto se cumpla. Esperamos que el 4K se estandarice a nivel general y que sea verdaderamente asequible a partir de 2020, fecha en la que, como sabemos, llegarán PS5 y Xbox Two. Una vez que este lanzamiento se produzca empezará el proceso de transición a las resoluciones 8K.

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