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La UE investiga a Valve por el bloqueo geográfico en juegos

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Valve Bloqueo Geográfico Unión Europea Steam

Si bien la semana pasada os informábamos de que los servicios de suscripción de Sony, Nintendo y Microsoft estaban siendo investigados por las autoridades reguladoras de Reino Unido, ahora es la propia Comisión europea la que investiga a Valve, y editoras como Bandai Namco, Capcom, Focus Home, Koch Media y Zenimax de poner restricciones geográficas para la venta de sus juegos.

Concretamente se les acusa ​​de un bloqueo de la distribución y venta de claves de juegos para la zona de Europa del Este, limitando su acceso en países como República Checa, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Eslovaquia y, en algunos casos, Rumania, entrando en conflicto con las reglas de la Unión Europea implementadas el pasado mes de diciembre de 2018, donde se prohibieron específicamente los llamados bloqueos geográficos.

Algo que si bien podría sonar a que no se distribuyan algunos juegos en estas regiones, implica justamente lo contrario. Y es que este bloqueo geográfico no supone otra cosa que evitar que los usuarios de otros países podamos acceder y comprar los juegos en estos países, donde se distribuyen normalmente bajo unos precios considerablemente más baratos.

Así pues, las compañías implicadas están siendo acusadas de optimizar sus beneficios ajustando los precios según los países de destino, una práctica que según afirma la Comisión Europea, entra en conflicto con el modelo de mercado común para los países miembros de la Unión Europea.

La opinión preliminar es que Valve y estas cinco editoras habrían firmado acuerdos bilaterales para evitar que los consumidores comprasen y utilizasen estas copias digitales adquiridas en otro lugar que no fuese su país de residencia.

El conflicto surge así entre las posiciones dispares de las compañías, que intentan adaptar su estrategia de ventas según la capacidad económica de cada país, y el esfuerzo de la UE por crear un mercado igual al de Estados Unidos, donde se mantiene un precio único para todos los estados.

Sin embargo, este modelo desunificado resulta, a priori, más lógico y justo que el propuesto por Europa. Y es que tenemos como ejemplo a otras empresas como Netflix o Spotify, que cobran menos por un producto en un país donde el ingreso promedio del consumidor es más bajo, mientras evitan la especulación entre países exigiendo, entre otras prácticas, el pago mediante tarjetas domiciliadas en el territorio local.

Esta declaración de objeciones presentada por la UE demuestra que todavía se trata de una «primera fase» de investigaciones, (teniendo en cuenta que se trata de un proceso abierto desde 2017), por lo que ahora el siguiente paso corre a cargo de Valve y las editoras, quienes deberían modificar sus prácticas y ajustarlas a las regulaciones vigentes. Mientras tanto, la Comisión europea ya ha dado el aviso de que, en el caso de seguir incumpliéndose estas leyes, se podrían llegar a imponer multas de hasta un 10% de los ingresos anuales de las compañías.

Por su parte, Valve no ha tardado en ofrecer su respuesta ante estas acusaciones, defendiéndose en que los juegos a los que se hace referencia, no son los vendidos directamente por Steam, sino claves suministradas por las distribuidoras que podrían ser bloqueadas para determinados países, y sólo bajo demanda de las propias distribuidoras.

Además, aseguran que la cantidad de títulos resulta realmente pequeña, por debajo del 3% de su catálogo cuando comenzó la investigación en 2013, suponiendo una cifra mucho menor a día de hoy.

Y es que ya Valve ya tuvo que hacer frente a la eliminación de los bloqueos regionales en 2015, según ellos responden, «a excepción de aquellos necesarios por requisitos legales locales (como por ejemplo las leyes sobre contenido en Alemania) o casos en los que un socio de Steam pone límites geográficos en su licencia para distribuir un juego«, unos bloqueos con los que la plataforma ni siquiera estaría realmente ganando dinero.

A esta problemática se le suma el reciente aluvión de plataformas de distribución de juegos, que si bien puede suponer una ruptura con el modelo casi monopolístico que mantenía Valve con Steam, está suponiendo la retirada de muchos títulos de esta plataforma. Y es que parece casi que la compañía de Gabe esté siendo el foco de una compaña contra la misma, llegando incluso a salir declaraciones de exempleados que tildan a la compañía como un «villano» dentro del sector.

Si todo va según lo planeado, es posible que en los próximos meses se cierre este tema, pero todavía queda por ver si estamos ante el fin de la especulación de precios, o el inicio de los precios estandarizados. ¿Es realmente mejor «el remedio» que «la enfermedad»?

Gran fan de la industria del videojuego, también me considero bastante techie, por lo que trato siempre de estar al día sobre toda la información tecnológica.

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