Los bomberos de Los Ángeles quieren más drones para su arsenal

Los drones para bomberos es una de las nuevas tecnologías que están incorporando los servicios de emergencia más avanzados. O los que pueden pagarlos, desplegarlos y mantenerlos. LAFD, el Departamento de Bomberos de Los Ángeles es uno de ellos. Uno de los servicios municipales más grandes del planeta, emplea a 3.500 efectivos, responde a medio millón de llamadas anuales y tiene un presupuesto de 691 millones de dólares.

Los drones han llegado para quedarse. Desde que una feria tan importante como el CES de 2015 les dedicara por primera vez un espacio exclusivo, estos aviones no tripulados han ampliado su despliegue en el mercado de consumo y cada vez son más amplios sus casos de uso, comerciales, industriales y profesionales. Años atrás se habían anunciado proyectos para entrega de paquetes como el Amazon Prime Air; para llevar Internet a zonas de difícil acceso como el Proyecto Loon de Google; Nokia los utiliza para el mantenimiento de torres de redes; ya hay alguno disponible para transportar pasajeros; el futuro de la agricultura pasa por ellos junto a otras tecnologías; en la industria militar para ciberespionaje u otros usos comenzaron antes que en ningún segmento y en general son un nuevo ojo al mundo para explorar el planeta.

También en drones para bomberos. El departamento de Los Ángeles ya tiene 11 aviones que forman una flota de 258 camiones, ambulancias y helicópteros. Richard Fields, el jefe del programa de Sistemas aéreos no tripulados del departamento quisiera ver que ese número aumente significativamente después del programa iniciado bajo un acuerdo con DJI, uno de los líderes mundiales en fabricación de drones.

Aunque el año pasado el Departamento de Defensa emitió una prohibición sobre la adquisición y el uso de drones comerciales citando vulnerabilidades de ciberseguridad y específicamente los modelos de DJI por su «potencial para ser utilizado por el gobierno chino para espiar a los Estados Unidos», estos modelos se utilizan masivamente por las fuerzas armadas y también por departamentos públicos como el LAFD, que ha trabajado en estrecha colaboración con los reguladores y grupos de defensa como la Unión Americana de Libertades Civiles para elaborar una política estricta sobre el uso de los datos recopilados.

El programa cubre las complejidades de desplegar drones para situaciones de emergencia en uno de los entornos urbanos más amplios y complejos de Estados Unidos. Las demandas tecnológicas del departamento de bomberos se extienden más allá del propio dron, porque tan importante como el propio avión son los sensores y cámaras incorporados.

Una de las aplicaciones más utilizadas ha sido el uso de tecnologías infrarrojas que combinadas con sensores de calor son de gran ayuda en grandes incendios como los forestales. También se ha usado en emergencias con materiales peligrosos, búsqueda y rescate urbano y rescates en ambientes marinos u otros de difícil acceso.

DJI no es el único fabricante que cuenta con drones específicos para servicios de emergencia y la firma Parrot tiene en catálogo modelos como el Bepop Pro-Thermal, un cuadricóptero con alcance de dos kilómetros equipado con una cámara térmica de alta resolución, lo que les confiere una gran utilidad a la hora de identificar fuentes de calor en incendios y de encontrar a personas enterradas bajo escombros tras desastres como los grandes terremotos.