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Análisis

Fiat 500e cabrio, destino

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Debo estar loco para estar en un manicomio como éste McMurphy (Alguien voló sobre el nido del cuco, 1975)

Las estanterías de mi tienda son mi pequeño mundo, un universo en el que yo tengo la suprema potestad de imponer el orden y las leyes. Así que si por mi divina voluntad las salsas tienen que estar más cerca de la puerta y al fondo han de estar las galletas así es como ocurre. No estoy hablando de neuromárketing ni de maximizar las ventas con técnicas de máster para engominados sino de mi supremo y libre albedrío. Se trata del capricho de un dios al que no le importa si una determinada marca de cervezas ha conseguido buenas ventas este mes. Si esa mañana al lavarme los dientes el cosmos me transmite a través de las 20.000 vibraciones por minuto que masajean mis regias encías que tengo que castigar a esos botellines a los más oscuros anaqueles de mi modesta pero orgullosa boutique de alimentación así será. Y esa mañana cumplo yo mismo con el triste y caprichoso destino de aquellas hijas de la cebada que no tienen más remedio que resignarse y preguntarse en su burbujeante y ahora oscura soledad qué han hecho de malo para merecer ese destino.

Pero no soy una deidad cruel, a veces premio a mis productos más vendidos incluso con la conquista del mostrador delante de la caja y en ocasiones llego al extremo de otorgarles graciosamente el honor de promocionarlos con el infalible y consabido estímulo verbal «me los quitan de las manos» o sus variantes «los vendo como churros» o «con estos… no doy abasto». Como toda entidad cósmica que se precie paseo muchas veces por los dominios donde irradian mis ilimitados poderes observando satisfecho mi obra y corrigiendo de cuando en cuando alguna anomalía en el orden establecido de las cosas (MI orden establecido). Por la noche después de hacer caja nunca apago las luces a la misma hora. Escojo víctimas para que tengan el supremo honor de convertirse en mi cena y marcho a la trastienda. Mientras el agua hierve coloco cuidadosamente el catre frente a la pantalla agrietada del tablet que me sirve de ventana a ese otro mundo más grande. Pero este… este es mi mundo.

El nombre 500 va asociado irremediablemente con la imagen de un coche pequeño y urbano pero también lleno de personalidad. Pero además este nombre está asociado también con el éxito de Fiat, el fabricante italiano de coches que ha dependido del empuje de ventas de este emblemático modelo que ya en 1957 marcó el paso de mucho de lo que ha desarrollado la marca desde entonces. No es de extrañar por lo tanto que el fabricante turinés haya fiado gran parte de su futuro en la nueva versión de este modelo.

 

Modelo analizado Fiat 500e
Motor y acabado Cabrio Icon
Potencia 118 CV
Velocidad máxima 150 Kmh
Aceleración o-100 9 s
Largo/ancho/alto 3632/1683/1527 mm
Potencia máxima RPM 118 CV
Par máximo Nm/RPM 220 Nm
Caja de cambios Automática
Web https://www.fiat.es/
Precio 31.900  euros

Como ya apuntamos cuando estuvimos en la presentación de este nuevo Fiat 500e, este nuevo modelo representa el nuevo rumbo de Fiat adoptando para esta generación motorizaciones cien por cien eléctricas mostrando el camino de la movilidad urbana a otros fabricantes que aún mantienen los viejos motores de combustión en sus catálogos de utilitarios. Se trata por lo tanto de un rediseño pero también de un nuevo concepto de coche urbano que supone un enfoque aún más rompedor de cuando el 500 puso patas arriba el mercado de utilitarios urbanos en 2007.

Nuevo conocido

En la presentación del 500e ya pudimos realizar una breve toma de contacto del modelo donde transmitimos algunas de las sensaciones que transmitía el coche. Ahora hemos podido probar a fondo un 500e cabrio, quizás el exponente más divertido y estiloso de toda la gama potenciando por un lado esa imagen chic y desenfadada que lleva heredando el modelo desde sus inicios. Y desde luego que su diseño no pasa desapercibido.

Los diseñadores de la carrocería de este nuevo 500 se han enfrentado al triple reto de mantener las líneas que han hecho inconfundible a este modelo a través de las generaciones consiguiendo más espacio dentro del coche mientras conseguían incorporar los elementos necesarios para un vehículo eléctrico, en particular la batería. Externamente desde mi punto de vista se ha conseguido el primer objetivo ya que el 500 es perfectamente reconocible a pesar de ciertos elementos muy particulares como los grupos ópticos delanteros con unas «cejas» muy características.

La línea cromada que atravesaba la parte central del frontal que lucía el logo del fabricante se ha convertido en una doble línea y en esta ocasión con el logotipo del modelo. Debajo se ha eliminado la segunda franja cromada y la toma de aire ha cambiado más abajo para convertirse en una rejilla más sencilla ya que las necesidades de ventilación de las baterías son menores que las que necesita el motor de explosión de los modelo anteriores.

Guiños Fiat

Nos han encantado los intermitentes, dispuestos en una posición retrasada con respecto a los faros y que cuando se encienden simulan un filamento incandescente como homenaje a los 500 de los orígenes del modelo. El logotipo de este 500e es otro ejecicio de diseño que encontraremos en varios lugares de la carrocería, grabado en los pilotos traseros y en el interior en sitios a veces poco visibles por lo que se convierte en todo un juego.

La capota de este modelo de 500e hace del pequeño Fiat la única opción si queremos un eléctrico al que podamos retirar el techo. La capota es de lona resistente al agua y a las roturas y permite descubrir el techo prácticamente por completo. La capota se despliega y repliega con un sistema eléctrico que la pliega en la parte trasera del coche aunque no queda escondida. En cualquier caso la presencia de la capota hace que no se pueda aprovechar la altura total del maletero por lo que aunque las cifras dan la misma capacidad que el 500e berlina en realidad en altura se pierden posibilidades de almacenamiento.

Como el diseño está muy inspirado en su antecesor al principio cuesta darse cuenta pero enseguida notaremos que el 500 ha crecido y en todas las dimensiones. Esto hace que el coche parezca más «musculoso» y robusto con un aire más moderno pero sin perder el look desenfadado que ha caracterizado al utilitario de Turín desde sus inicios cuando supuso toda una revolución para la movilidad del país transalpino.

Un 500 crecidito

Este crecimiento del 500e se nota también en el interior. Hay más espacio para las piernas y en altura así como en anchura, aunque el coche sigue estando homologado hasta cuatro personas y por lo tanto solamente pueden viajar dos pasajeros en los asientos de atrás. Recorriendo con la mirada y el tacto el salpicadero del 500e también se nota un gran esfuerzo para aumentar la calidad de los acabados, pero también para proporcionar soluciones curiosas y cómodas para ciertos detalles del coche.

Uno de ellos es el espacio destinado al teléfono móvil, un elemento que es indispensable y que sorprende cómo algunos fabricantes, incluso de prestigio, pasan por alto. En el caso del 500e tenemos un gran espacio justo debajo de la pantalla del sistema multimedia y los mandos de climatización en el que podemos colocar un smartphone de gran tamaño. La repisa tiene borde para que no se pueda caer el dispositivo y una alfombrilla de plástico que como detalle tiene grabado el «skyline» o silueta de los edificios más emblemáticos de la ciudad de Turín, donde se fabrica el coche.

Al fondo de este espacio para el móvil encontramos el conector USB. En nuestro caso bajo la superficie de plástico con relieve disponíamos de cargador inalámbrico. Además no tuvimos que utilizar la conexión con cable puesto que en el 500e los sistemas de Android Auto y Apple Car play funcionan a través de Bluetooth en modo inalámbrico. Otro acierto de Fiat ya que no tenemos que andar conectando cables ni para cargar el móvil ni para usar la duplicación de funciones y pantalla del móvil.

El juego de los detalles

Hay otros detalles escondidos como el revestimiento del interior de los asideros de las puertas en los que también se ha colocado un recubrimiento de plástico con un relieve que representa un Fiat 500 de 1957 y las palabras «made in Torino». Por cierto que las puertas no se abren con el clásico tirador mecánico, tanto desde dentro como desde fuera. En el hueco exterior de el tirador encontramos un botón y en el interior encontramos otro que realizan la apertura eléctricamente. Eso sí, oculto más abajo si encontramos el tirador por si fallara la electricidad.

El volante del 500e tiene un diseño de dos radios igual que el de los 500 clásicos que en este caso tiene un diseño moderno y achatado en la parte inferior. Está recubierto con un material de tipo cuero sintético de tacto muy agradable y que dispone de costuras para darle un toque más elegante. Los asientos por su lado son de tela y llevan un grabado con el logo del coche en la parte del respaldo. Los reposacabezas son también cómodos y de tamaño generoso.

El sistema de información y entretenimiento está muy cambiado con respecto a la anterior generación de Fiat. Se ha actualizado la gráfica mejorando también la resolución y se accede a las funciones de forma más rápida. Dado que el display es alargado y de buen tamaño (10,25 pulgadas) se puede mostrar mucha información e incluso partir la pantalla para visualizar más datos a la vez. Nos ha gustado el sistema de programación de carga que es extremadamente sencillo e intuitivo aunque la información del funcionamiento del sistema eléctrico del coche podría proporcionar más datos.

Pantalla mejorada

La posición de la pantalla es buena ya que se ha dispuesto «flotante» sobre el salpicadero y está a la altura ideal para consultar información sin apartar la mirada de la carretera. Debajo de la pantalla encontramos las boquillas de ventilación centrales y más abajo los mandos de climatización y el mencionado hueco para el teléfono. Detrás de la pantalla, sobre el salpicadero, encontramos la rejilla del altavoz central. Hay que decir que el equipo de música nos ha sorprendido muy gratamente por su calidad para un coche de este precio y este tamaño. No distorsiona, tiene buena potencia de graves y en definitiva una delicia, incluso con la capota retirada.

En otro detalle original el manejo del cambio automático del 500e se realiza mediante una serie de botones justo debajo del espacio para el teléfono móvil. Los cuatro botones están marcados con las letras habituales del cambio automático: P, R, N y D. Detrás del volante encontramos el espacio para el cuadro de instrumentos, enmarcado en un hueco circular al igual que en los 500 de anteriores generaciones. En este espacio se coloca la pantalla digital de 7 pulgadas muy legible que muestra información sobre la conducción en la que destaca la cifra de la velocidad en números grandes en la parte central.

Alrededor de la información del velocímetro encontramos un indicador del estado del motor eléctrico (si está consumiendo o si está recuperando carga), el estado de carga de la batería, hora, temperatura exterior, información de navegación… Podemos cambiar la información que aparece en la pantalla mediante un botón que nos permitirá desplazarnos entre las distintas modalidades como mostrar la pantalla del navegador, información de la música que está sonando o información de carga. En estos casos la información de marcha (velocidad y otras) se desplazará a la parte superior de la pantalla.

Más cómodo delante

El puesto de conducción del este 500e es sensiblemente más cómodo que en la generación anterior, sobre todo para personas de cierta estatura que no tendrán problemas para acomodarse y encontrar una postura correcta. También el acompañante se encontrará más cómodo que en el 500 anterior. Entre los dos asientos encontramos un reposabrazos en el lateral del asiento y más abajo un bloque en el que se ha colocado un espacio para colocar objetos que puede cerrarse. Dentro de este espacio portaobjetos encontraremos otra toma USB y un conector de carga de 12 voltios.

En este mismo bloque en la parte delantera los diseñadores de Fiat han colocado dos ruedas de selección. En la de la derecha podremos controlar el volumen, mientras que en la de la izquierda podremos cambiar los modos de conducción eléctrica del coche. Además del modo normal de conducción se puede seleccionar el modo Range en el que el motor eléctrico retiene el coche al levantar el pedal del acelerador pasando a modo de regeneración eléctrica. En el modo Sherpa, además, se limitan ciertas capacidades como la calefacción y limitando la velocidad a 80 kilómetros por hora para alargar al máximo la autonomía. Entre los dos selectores se encuentra el pulsador para accionar el freno de mano.

La parte de atrás sigue siendo la más sacrificada dentro del 500 pero al igual que en la parte delantera viajaremos más separados pero es un espacio estrecho para las piernas. El acceso también ha mejorado algo pero sigue siendo un pequeño tres puertas en el que tendremos que desplazar el asiento delantero para acceder a la plaza de atrás. Eso sí, si la capota está retirada será mucho más cómodo al no tener que agacharnos.

Maletero reducido

Como ya hemos apuntado el diseño del maletero está condicionado por el espacio sobre la carrocería que tiene que reservarse para colocar la capota una vez plegada. Esto hace que aunque en las cifras oficiales el maletero tenga una capacidad idéntica a los modelos no cabrio: 185 litros, en realidad no tenemos espacio en altura para ciertos objetos. En cualquier caso es un maletero pequeño, pero en realidad exactamente igual de grande que en la anterior generación.

Llega el apartado de la conducción y aquí cabe alguna reflexión previa. Históricamente los utilitarios son coches con carrocerías y motores pequeños realizados con materiales menos resistentes por lo que su peso también era menor. Esto unido a unas ruedas de menor tamaño y escasa potencia hacía que este tipo de coches no fueran los adecuados para conducir con cierta alegría ya que adolecían de falta de estabilidad en curva y en general del aplomo de coches tan grandes. Las excepciones se han producido cuando estos coches han modificado partes fundamentales de su estructura para corregir estos defectos y producir utilitarios deportivos como el propio 550 Abarth.

Los nuevos utilitarios eléctricos

Estas características y el espacio interno limitado hacían de los utilitarios coches poco adecuados para los viajes y la conducción deportiva. Pero llegó la revolución eléctrica y esto cambia por completo todo lo que estamos contando. Los utilitarios eléctricos al tener que colocar las baterías en la parte baja del coche han ganado no solamente en estabilidad al bajar el centro de gravedad sino que el chasis ha ganado mucho en rigidez por la estructura que se tiene que disponer las mismas.

Por otro lado los motores eléctricos tienen la característica que ya hemos comentado de disponer de toda la potencia en cualquier circunstancia ya que no hace falta revolucionar el motor para alcanzar la parte de la curva que entrega más caballos. Esto hace que los nuevos utilitarios hayan cambiado por completo con la llegada de la electricidad a las motorizaciones y estos cambios se notan mucho más en este tipo de coches.

Dicho esto al volante del 500e la experiencia ha sido, a falta de otra palabra mejor, espectacular. Se trata de un coche estable en todo momento, con una excelente maniobrabilidad, muy silencioso a baja velocidad y que gasta muy poca electricidad en ciudad. Pero es que cuando nos decidimos a pisar a fondo en carreteras algo más divertidas, este 500e deja a un lado su máscara de coche urbano simpático y racional para convertirse en un coche muy divertido.

Muy divertido

Estable en curvas rápidas, con buena reserva de potencia, excelente respuesta del volante (aunque sensaciones demasiado filtradas por la servodirección)… características que nos recuerdan más al 500 Abarth que pudimos probar que a cualquier otro utilitario que haya pasado por nuestras manos. Pero es que Fiat ha hecho también un buen trabajo en cuanto a confort y los amortiguadores responden muy bien filtrando las irregularidades del terreno y controlando el balanceo. Es un coche seguro, confortable y muy muy divertido. Que por cierto cuando aceleramos hace sonar de forma tenue las primeras notas de la inmortal banda sonora de la película Amarcord de Federico Fellini obra del compositor Nino Rota.

Un elemento que hay que destacar es que Fiat, a diferencia de otros fabricantes, no ha buscado la excusa de que se trata de un coche urbano para ofrecer una autonomía limitada. En las versiones superiores el 500e dispone de una batería de 87kW que le permite autonomías de más de 300 kilómetros. No es de las más amplias dentro de los coches eléctricos pero sí de las primeras en la categoría de utilitarios. Además su bajo consumo en ciudad hace que si no salimos a carretera podemos alcanzar y superar esos 300 kilómetros sin demasiados problemas.

Conclusiones

El 500e es un excelente ejemplo de lo que puede ser el futuro de los utilitarios eléctricos, no es una adaptación de un coche de motor de explosión a una motorización eléctrica sino un coche diseñado para sacar todo el partido a las posibilidades que ofrece este tipo de propulsión. Además es un coche lleno de personalidad que sin copiar a generaciones anteriores ha sabido mantener un diseño desenfadado y divertido repleto de detalles muy originales pero también prácticos llenos de encanto. Es diseño italiano, es chic, es simpático…

Por si fuera poco esta versión cabrio mediante una capota de lona de accionamiento fácil lo convierte en un coche único y aún más desenfadado y divertido. Pero no todo es diversión y originalidad ya que en el corazón de este 500e hay un motor eléctrico con un consumo contenido, más espacio para los ocupantes, soluciones prácticas y originales, un espacio de protagonismo para nuestro teléfono móvil y unas características de conducción que lo hacen ideal para ciudad, extremadamente divertido en carretera y confortable en los viajes. Difícil poner un pero a este divertidísimo Fiat, sinceramente…

Valoración final
8.5 NOTA
NOS GUSTA
Buenas prestaciones
Divertido de conducir
Bajo consumo
A MEJORAR
Maletero reducido
RESUMEN
El nuevo 500e no solamente es un digno sucesor de la saga 500, sino que es un coche eléctrico práctico, con buena autonomía, con un diseño simpático, muchos detalles prácticos y que le dan personalidad que además tiene unas prestaciones excelentes que lo hacen muy divertido pero a la vez confortable de conducir.
Prestaciones8
Diseño9.5
Consumo9
Confort8
Sistema de infoentretenimiento8

 

 

 

 

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