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Las GeForce GTX 10 y RTX 20 coexistirán hasta el T1 de 2019

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La CFO de NVIDIA, Colette Kress, ha confirmado que las GeForce GTX 10 y las RTX 20 van a compartir mercado durante más tiempo del que habríamos podido imaginar. Antes del anuncio de su nueva generación basada en Turing no teníamos nada claro qué iban a hacer los de verde con todo el stock que tenían acumulado de sus tarjetas gráficas basadas en Pascal, pero hoy podemos confirmar que están preparados para afrontar una «digestión» lenta.

Esto quiere decir que no habrá una limpieza de stock acelerada con ofertas relámpago. NVIDIA prefiere tomarse su tiempo y vender poco a poco el stock acumulado para no tener que hacer bajadas masivas de precios, una decisión que puede parecer fuera de lugar, pero lo cierto es que tiene mucho sentido. Ahora mismo los juegos están estancados por los desarrollos centrados en consola y AMD no tiene previsto renovar su catálogo de tarjetas gráficas de consumo general hasta mediados de 2019, así que Pascal puede aguantar perfectamente en el mercado durante varios trimestres más.

Según Colette Kress NVIDIA quiere afrontar una temporada navideña «cargada de éxitos» con sus arquitecturas Pascal y Turing. Esto confirma como dijimos que las GeForce GTX 10 y RTX 20 van a coexistir durante los próximos meses, pero además indica claramente que cada generación ocupará un sector concreto en el mercado.

Dos gamas con precios muy diferentes

La serie GeForce GTX 10 sigue ofreciendo un rendimiento excelente en cualquier juego actual, y estoy convencido de que modelos como la GTX 1080 están preparadas para resistir sin problema la transición generacional que marcarán Xbox Two y PS5.

Esta realidad hace que para muchos usuarios actualizar su tarjeta gráfica a un modelo superior solo por aspirar a una mayor potencia bruta sea ahora mismo innecesario, y ese es precisamente el motivo por el que NVIDIA ha preferido optar por centrar sus esfuerzos en promocionar el trazado de rayos y el suavizado de bordes DLSS.

Con las RTX 20 los de verde no han querido despuntar en potencia bruta porque saben que con el estado actual de los desarrollos de videojuegos ha ido perdiendo importancia. Esto puede parecer todo un acierto, pero la verdad es que no han sabido ejecutar correctamente su estrategia y han cometido errores graves.

El primer error está en centrar todo el interés de la nueva generación en dos tecnologías «de nicho» que todavía tienen mucho camino por delante y que ni siquiera funcionan de forma verdaderamente óptima en una RTX 2080 TI, tarjeta gráfica que recordamos cuesta 1.270 euros.

Su segundo error ha sido posicionar una generación que no supone un salto tan grande como el que vimos con Pascal frente a Maxwell con unos precios tan caros, y todo por la tozudez de NVIDIA en lo que respecta a no bajar los precios de las GeForce GTX 10 y querer limpiar stock apurando al máximo el beneficio. Para entenderlo mejor un ejemplo: la GTX 1080 TI ha llegado a bajar hasta los 700 euros, el mismo precio que tiene la RTX 2070, una tarjeta que en términos de potencia bruta estará por debajo de la solución basada en Pascal.

Sé que la RTX 2070 tiene núcleos ténsor para DLSS y núcleos RT para trazado de rayos, dos elementos que no están presentes en el GP102 de la GTX 1080 TI, pero si una RTX 2080 TI no es capaz de pasar de 1080p y 60 FPS con trazado de rayos en juegos actuales, ¿qué sentido tienen ambos en un modelo mucho menos potente? La respuesta es clara: ninguno.

Necesitamos competencia por parte de AMD

En AMD han apostado por una estrategia interesante durante los últimos años que les ha permitido mantener la rentabilidad de la unidad gráfica Radeon sin incurrir en riesgos importantes: las GPUs con diseños semipersonalizados.

Las GPUs de PS4 y Xbox One, así como las de PS4 Pro y Xbox One X, son un ejemplo claro de dicha estrategia. En el mercado de consumo general para PC AMD también ha lanzado productos muy interesantes: antes de la subida de precios por el minado de criptodivsas las RX 470-570 y RX 480-580 eran las mejores tarjetas gráficas de gama media que podíamos comprar, y las Radeon RX Vega 56 y 64 han demostrado que en juegos capaces de aprovechar de verdad DirectX 12 y Vulkan pueden superar a una GTX 1080 y a una GTX 1080 TI, respectivamente.

Sin embargo NVIDIA está demasiado cómoda en el mercado de tarjetas gráficas de consumo general, una situación que nos recuerda a lo ocurrido con Intel en el mercado de procesadores de consumo general. La única solución efectiva es que AMD lance una nueva generación de tarjetas gráficas y que la misma ofrezca de nuevo un buen valor en términos de rendimiento y de precio.

¿Será Navi capaz de cumplir ese objetivo tan ambicioso? El tiempo lo dirá, pero se comenta que dicha arquitectura será utilizada en PS5 y Xbox Two, así que tenemos al menos una razón para ser optimistas.

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