Detrás de la caída de Google: YouTube, Gmail, y el hogar inteligente

Durante el día de ayer, los servidores de Google Cloud, los encargados de manejar la inmensa cantidad de datos de todos los servicios de la compañía sufrieron una caída temporal de cuatro horas, dejando sin cobertura a millones de usuarios en todo el mundo.

Más allá de que recibiésemos algún correo con retraso, o de no poder ver los streaming de nuestros youtubers favoritos, la verdadera lección que nos deja esta caída es la gran dependencia y vulnerabilidad de los actuales hogares inteligentes.

Y es que han sido varios los usuarios que se han visto desprovistos del acceso y el control de sus electrodomésticos conectados, sin poder activar algunas luces, el aire acondicionado (confirmado por el testimonio de una persona cercana a la reacción), y en el peor de los casos, quedándose encerrados tras las cerraduras electrónicas.

Así pues, revisando el histórico la web Downdetector, la misma herramienta con la que revisamos anteriormente las caídas y problemas de WhatsApp, podemos ver cómo las incidencias se dispararon a última hora del domingo, centrando los reportes de los afectados en Estados Unidos, España y Reino Unido.

Preparados para aguantar otros infortunios como las caídas de tensión, contando muchos de ellos con baterías de reserva integradas, sin embargo, el contacto constante con esta nube resulta todavía algo completamente necesario. No obstante, la propia Google recordó en Twitter que, ante estos casos de desconexión, muchos de los dispositivos seguirán contando con la posibilidad de controlarse de forma manual.

We've received reports from Nest Secure and Nest x Yale Lock customers who are unable to arm/disarm or lock/unlock via the Nest app. Physical controls aren't affected. We're currently investigating this issue and will provide more info when available.

— Google Nest Support (@googlenesthelp) May 17, 2018

De esta manera se han vuelto a abrir varios debates sobre la domótica, con los riesgos de la pérdida del control, los ciberataques, e incluso el efecto de «atontamiento» que implica la simplificación total de las tareas cotidianas.

Dicho esto, no debemos caer presas del pánico ni dejar que una mala experiencia nuble el buen desempeño que han logrado este tipo de hogares inteligentes hasta hoy, con un funcionamiento estable y en constante revisión de mejora, y con un largo trayecto todavía por recorrer.