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Cómo elegir la mejor tarjeta gráfica para jugar: todo lo que debes saber

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La mejor tarjeta gráfica no es siempre la más potente, y tampoco tiene por qué ser la más cara. Sé qué, en sentido estricto, el concepto de «mejor» se ciñe a la idea de estar por encima de todo lo demás, pero la mayoría de los usuarios priorizan el valor precio-prestaciones, es decir, el rendimiento por euro invertido que es capaz de ofrecer una determinada tarjeta gráfica.

Es perfectamente comprensible, al fin y al cabo no todo el mundo puede (o quiere) gastarse 1.549 euros para tener la mejor tarjeta gráfica del mercado. Eso es lo que cuesta, precisamente, la GeForce RTX 3090, la tarjeta gráfica más potente que existe actualmente, y la primera que ha sido diseñada para abrirse camino en el mundo del gaming trabajando con resolución 8K.

Si nos centramos en buscar el mejor valor precio-prestaciones podemos descartar directamente las tarjetas gráficas más potentes del mercado, también conocidas como modelos «tope de gama». Estas tarjetas gráficas ofrecen, normalmente, una mejora de entre un 20% y un 30% de rendimiento frente al modelo inmediatamente anterior, pero su precio se duplica, lo que hace que su valor rendimiento por euro invertido acabe siendo muy pobre.

Volvamos al ejemplo anterior. La GeForce RTX 3090 tiene un precio de 1.549 euros, pero solo rinde, de media, entre un 15% y un 20% más que la GeForce RTX 3080 en juegos (bajo rasterización), una tarjeta gráfica que tiene un precio de 719 euros. No hay que entrar en un análisis complejo para darnos cuenta de que la segunda es mejor tarjeta gráfica por valor precio-rendimiento.

Con esta sencilla comparativa hemos dado el contexto necesario para entender esa idea de elegir la mejor tarjeta gráfica priorizando el valor precio-prestaciones, un criterio que deberíamos adoptar como punto de partida en cualquier compra dentro del mundillo tecnológico, ya que normalmente nos permitirá hacer inversiones más equilibradas que rentabilizaremos sin esfuerzo.

elegir la mejor tarjeta gráfica

Cómo elegir la mejor tarjeta gráfica para jugar: consideraciones previas

Ya te hemos dado el punto de partida básico, el valor precio-prestaciones, pero con esta guía queremos profundizar en todas las claves que, de forma general, deberían guiar la compra de una nueva tarjeta gráfica que, como hemos indicado en el título, nos permitirá jugar en condiciones óptimas a títulos actuales.

Antes de nada hay tres cosas que debes tener claras: a qué resolución vas a jugar, qué presupuesto tienes y qué equipo va a acompañar a tu nueva tarjeta gráfica. Estos son los otros tres pilares sobre los que debes construir tu decisión, ya que obviamente no necesitarás la misma tarjeta gráfica para jugar en 1080p que en 4K, tampoco podrás recurrir a ciertos niveles si tu presupuesto es muy bajo, y no servirá de nada comprar la mejor tarjeta gráfica del mercado si tu PC no puede con ella.

Empezamos con la resolución:

  • Si vas a jugar en 1080p, el procesador tendrá un impacto importante en la tasa de FPS, y puede limitar el potencial de tu nueva tarjeta gráfica si utilizas un modelo muy antiguo o poco potente. Las tarjetas gráficas de entre 150 y 200 euros nos permitirán disfrutar de una buena experiencia en esta resolución.
  • Si vas a jugar en 1440, la dependencia del procesador se reduce, pero sigue teniendo un impacto considerable. En este caso, las tarjetas gráficas de entre 250 y 400 euros ofrecen resultados muy buenos, y nos permiten jugar con total fluidez sin tener que renunciar a un buen nivel de calidad gráfica.
  • Si vas a jugar en 2160p, debes tener presente que el procesador tiene un impacto pequeño, pero debe cumplir con el nivel de núcleos e hilos exigido por cada juego en concreto o tendrás problemas. En este nivel necesitamos una tarjeta gráfica de gama alta para jugar con garantías, lo que nos lleva a la franja de entre 450 y 800 euros.

Como vemos, tenemos rangos de precios muy amplios. Esto complica la toma de decisiones, pero al mismo tiempo es positivo para el usuario, ya que significa que hay más opciones entre las que puede elegir en función de su presupuesto. Y hablando de presupuesto, los niveles que hemos dado son aquellos a partir de los cuales podemos encontrar tarjetas gráficas lo bastante potentes como para jugar con garantías en cada una de esas resoluciones.

Esto quiere decir que podríamos utilizar una tarjeta gráfica de menos de 200 euros para jugar en 1440p, pero la experiencia no sería del todo óptima, especialmente en algunos juegos exigentes y/o mal optimizados. Por ejemplo, una RX 580, que cuesta menos de 200 euros, puede mover juegos en 1440p, pero no puede mantener el mismo nivel de calidad gráfica y de fluidez que la GTX 1660 Super, que ronda los 219 euros. Lo mismo aplica a otras resoluciones superiores, así que tenedlo en cuenta.

Si tu presupuesto no llega al mínimo recomendado que hemos dado en los tres puntos anteriores te recomiendo que ahorres un poco más hasta que puedas acceder a un modelo apropiado para cada una de esas resoluciones. Ahora mismo no vamos a entrar en recomendaciones concretas, ya que todavía hay otros puntos importantes que debemos desgranar, pero no te preocupes, tocaremos ese punto en la recta final de esta guía.

Antes de cerrar este apartado vamos a hablar del equipo que va a acompañar a nuestra nueva adquisición. Como hemos dicho, de nada sirve montar la mejor tarjeta gráfica del mercado si esta va a ir acompañada de un procesador obsoleto, o si contamos con muy poca memoria RAM. Revisa las especificaciones de tu PC, comprueba que tienes espacio en tu chasis para montar una nueva tarjeta gráfica, y asegúrate de que tu equipo cumple con los siguientes mínimos:

  • Procesador: Core i7 4770K o Ryzen 5 1500X (cuatro núcleos y ocho hilos). Lo ideal sería contar con un Ryzen 5 3600 o un Core i5 10400.
  • Memoria RAM: 8 GB, aunque lo ideal sería disponer de 16 GB.
  • Fuente de alimentación: asegúrate de que ofrece la potencia y el amperaje necesarios para mover tu nueva tarjeta gráfica.

Si no cumples esos requisitos deberías plantearte actualizar los componentes que estén por debajo de esos mínimos antes de comprar una nueva tarjeta gráfica. Recuerda que, como hemos dicho, comprar una tarjeta gráfica potente para jugar en 1080p y unirla a un procesador «antiguo» como el Core i7 4770K no te impedirá jugar con fluidez, pero la tasa de FPS que tendrás que será mucho más baja comparada con la que obtendrías, por ejemplo, con un Ryzen 5 3600 o un Core i5 10400.

En resoluciones 4K (2160p) ese problema sería mínimo, ya que la GPU es la que asume la mayor carga de trabajo, y el procesador no tiene que trabajar al mismo ritmo (va más desahogado).

¿NVIDIA o AMD? Una mirada a fondo

Ambas compañías comercializan tarjetas gráficas interesantes y con precios muy competitivos en diferentes gamas y rangos de precios. Para elegir la mejor tarjeta gráfica (de verdad) y acertar en nuestra compra debemos olvidar los favoritismos hacia una u otra marca, y centrarnos en el valor que ofrece cada compañía dentro del nivel en el que nos vamos a centrar. Dicho nivel irá determinado por nuestro presupuesto, y por la resolución a la que queramos jugar.

Hoy por hoy, NVIDIA tiene las tarjetas gráficas más potentes, una realidad que se ha visto reforzada con el lanzamiento de las RTX 3080 y RTX 3090. También es la que ofrece las tecnologías más avanzadas, ya que sus tarjetas gráficas RTX serie 20 y RTX serie 30 cuentan con hardware dedicado a la aceleración de trazado de rayos y al reescalado inteligente DLSS 2.0 que, como vimos en este artículo, consigue unos resultados fantásticos, y soportan al completo el abanico de funciones de DirectX 12 Ultimate

Esas dos claves tienen una consecuencia clara, y es que las tarjetas gráficas de NVIDIA ofrecen un valor más interesante desde el punto de vista técnico, sobre todo tras confirmarse el apoyo de los grandes del sector al reescalado DLSS 2.0, y la adopción del trazado de rayos en las consolas de nueva generación, PS5 y Xbox Series X. Sin embargo, a cambio tenemos que pagar un precio más elevado.

AMD no ha podido competir en lo más alto durante las dos últimas generaciones, pero ha sabido apostar por una estrategia centrada en ofrecer un buen valor precio-prestaciones que, de momento, le ha funcionado bastante bien. Sus soluciones gráficas actuales pueden competir con los modelos de gama media-alta de NVIDIA y tienen un precio atractivo, pero la carencia de funciones avanzadas que están siendo objeto de una mayor adopción, y que son el futuro a corto plazo del mundo de los videojuegos, las convierte en una opción que cada vez resulta más difícil de recomendar. Compensan esas carencias con un precio menor.

Metro Exodus con iluminación global generada por trazado de rayos. El resultado es fantástico.

Por suerte no todo son malas noticias. AMD está ultimando el lanzamiento de sus nuevas tarjetas gráficas basadas en la arquitectura RDNA 2, cuya presentación está marcada para el 28 de octubre. Como ya os hemos contado en artículos anteriores, esta nueva línea de tarjetas gráficas, conocida como Radeon RX 6000, contará con hardware dedicado a acelerar trazado de rayos, utilizará su propia tecnología de reescalado inteligente y ofrecerá un importante salto a nivel de rendimiento bruto. Será también totalmente compatible con DirectX 12 Ultimate.

En términos de eficiencia, NVIDIA sigue por encima, y lo mismo ocurre en la mayoría de los casos con las temperaturas de trabajo. Si nos centramos en los controladores, AMD ha mejorado muchísimo en este sentido, tanto que algunas de sus tarjetas gráficas más antiguas han experimentado una «segunda juventud» gracias al buen soporte que la compañía de Sunnyvale les ha dado a nivel de drivers.

Resumiendo, por tecnología, rendimiento y eficiencia, ahora mismo NVIDIA sería la mejor opción, pero personalmente os recomiendo que esperéis un poco a ver qué presenta AMD el 28 de octubre. Todo parece indicar que las Radeon RX 6000 van a ofrecer un buen valor precio-prestaciones, y que van a quedar muy cerca de la RTX 3080 de NVIDIA.

Death Stranding en 1440p con DLSS 2.0. Luce mejor que con 1440p nativo y TAA.

Generación, especificaciones, memoria gráfica y otras cosas a tener en cuenta

Ya tenemos una base interesante para empezar a elegir la mejor tarjeta gráfica para jugar en función de nuestras necesidades y de nuestro presupuesto, así que estamos listos para entrar en un plano más técnico.

Las tarjetas gráficas de NVIDIA y de AMD se diferencian por generaciones y gamas. Ahora mismo, la primera tiene en el mercado tres grandes series:

  • GTX 16: forman la gama media-baja y la gama media económica. Utilizan la arquitectura Turing, pero carecen de aceleración de trazado de rayos por hardware y tampoco soportan DLSS 2.0.
  • RTX 20: dan forma a la gama media y gama alta. Como la anterior, utilizan la arquitectura Turing, y cuentan con aceleración de trazado de rayos por hardware y soporte de DLSS 2.0.
  • RTX 30: se ubican en lo más alto del sector. Utilizan la arquitectura Ampere, aceleran trazado de rayos por hardware y soportan DLSS 2.1.

Por su parte, AMD tiene en el mercado un total de dos grandes líneas de tarjetas gráficas:

  • RX 500: dan forma a la gama baja y gama media-baja económica. Estas utilizan la arquitectura Polaris, y carecen de aceleración de trazado de rayos por hardware.
  • RX 5000: con esta serie AMD cubre la gama media y la gama media-alta. Utilizan la arquitectura RDNA, y carecen de aceleración de trazado de rayos por hardware.

Los ajustes de calidad gráfica pueden marcar una enorme diferencia y afectar a la experiencia de juego.

Cada serie está pensada para mover de forma óptima juegos en resoluciones distintas. Para no entrar en comparaciones complicadas, podemos establecer una división sencilla que os ayudará a tener claro en qué nivel debéis poner la mirada en función de vuestro presupuesto y de la resolución a la que queráis jugar.

Si vais a jugar en 1080p, las series GTX 16 y Radeon RX 500 deben ser vuestro punto de destino. Por ejemplo, una GTX 1650 Super o una Radeon RX 580 pueden mover sin problemas cualquier juego actual en dicha resolución, con calidades muy altas o máximas y mantener un buen nivel de fluidez.

En caso de que vayáis a jugar en 1440, podéis recurrir a lo más alto de la serie GTX 16, a la base de la serie RTX 20 o a la gama RX 5000. Por ejemplo, una GTX 1660 Super os permitirá jugar en dicha resolución con una calidad elevada y un buen nivel de fluidez, aunque lo ideal sería recurrir a una RTX 2060 o a una Radeon RX 5600 XT.

Por último, si vamos a jugar en resolución 2160p, debemos mirar a lo más alto de la serie RTX 20 y de la serie RX 5000. Por ejemplo, una Radeon RX 5700 XT puede ofrecer una buena experiencia en dicha resolución con calidades altas o muy altas, según las exigencias de cada juego, lo que la convierte en una buena opción si tenemos un presupuesto ajustado. Si queremos jugar en calidad máxima con total fluidez deberíamos optar por una RTX 3080.

Como vemos, elegir la tarjeta gráfica implica también tener claro qué experiencia de uso queremos disfrutar. Si nos conformamos con calidades altas y medias estables de 30 FPS no tendremos que hacer inversiones muy elevadas, ni siquiera aunque vayamos a jugar en 4K. Por contra, si queremos disfrutar de calidades máximas y 60 FPS estables tendremos que rascarnos el bolsillo.

Esta realidad hace que la mejor tarjeta gráfica no siempre sea la misma para todo el mundo. Por ejemplo, un usuario que quiera mover juegos en 1080p a 30 FPS estables y con calidad alta podrá optar por una Radeon RX 570 de 4 GB, un modelo muy económico que cuesta menos de esos 150 euros que hemos fijado de mínimo. Por contra, la mejor tarjeta gráfica para un usuario que quiera jugar en 1080p con calidades máximas y 60 FPS estables en casi todos los casos deberá buscar una Radeon RX 580 de 8 GB, cuyo precio ronda los 170 euros.

La calidad de las texturas es uno de los aspectos que más afectan a la calidad gráfica de un juego, y también es el ajuste que más memoria gráfica puede consumir. Si jugamos en 1080p nunca deberíamos elegir una tarjeta gráfica con menos de 4 GB de VRAM.

Lo mismo ocurriría en el resto de resoluciones. A partir de una GTX 1660 Super podemos jugar en 1440p con garantías, pero si nos hacemos con una RTX 2060 o una Radeon RX 5600 XT disfrutaremos de una mayor fluidez y, en el caso de la primera, de trazado de rayos acelerado por hardware y DLSS 2.0.

Hay que tener presente también que la calidad de construcción puede influir en el valor de la tarjeta gráfica, sobre todo en lo que respecta a la refrigeración y a las temperaturas máximas de trabajo, pero no merece la pena invertir en diseños premium que nos obliguen a asumir un precio muy superior al del diseño de referencia, sobre todo cuando ese aumento de precio nos permitiría acceder a un modelo superior.

No quiero terminar este punto sin hablar de la memoria gráfica. Hay muchos mitos alrededor de este punto que, de hecho, se han producido por interpretaciones erróneas de comparativas y análisis que han revisado el consumo de memoria gráfica de muchos juegos actuales.

Debemos tener claro que el hecho de que un juego ocupe 11 GB de memoria gráfica no significa que realmente los necesite. Vamos con un ejemplo. Call of Duty Modern Warfare 2019 funciona sin problemas en una tarjeta gráfica con 6 GB de memoria gráfica (GTX 980 Ti) y en una tarjeta gráfica con 10 GB de memoria gráfica (RTX 3080), pero el consumo de memoria que registra en ambas es distinto.

Al ejecutar Call of Duty Modern Warfare sobre la GTX 980 Ti en 1440p y calidad máxima, el juego ocupa casi toda la memoria gráfica disponible. Con la misma configuración, al ser ejecutado sobre la RTX 3080 el consumo de memoria gráfica sube hasta los 9 GB. Esto se debe a que el juego ocupa la mayor cantidad posible de memoria gráfica de forma preventiva, es decir, aunque realmente no la necesite.

DOOM Eternal consumo 6,6 GB de memoria gráfica en 1440p con calidad alta y texturas al máximo.

Si lo configuramos todo al máximo con dicha resolución el consumo de memoria sube hasta los 6,9 GB. Podríamos jugar en 4K con calidad máxima en una tarjeta gráfica de 8 GB sin problema.

La conclusión que quiero que saquéis de esto es simple, las tarjetas gráficas de 8 GB no se han quedado pequeñas, y no lo harán a corto plazo. A día de hoy 4 GB son suficientes para jugar en 1080p, aunque lo ideal es contar con al menos 6 GB para poder maximizar las texturas en algunos juegos. Con 6 GB podemos jugar con garantías en 1440p, y con 8 GB podemos hacer lo propio en 2160p.

Es obvio que antes o después viviremos un periodo de transición y que los juegos acabarán requiriendo una mayor cantidad de memoria gráfica, pero decir tan alegremente que los juegos de hoy ya consumen 11 GB de memoria gráfica no es cierto. Pueden ocupar esa cantidad de memoria si está disponible porque actúan de forma preventiva (como si de una caché se tratase), pero esto no significa que funcionen mal con menos memoria gráfica.

Notas finales: ¿cuál es la mejor tarjeta gráfica?

Si has leído todo el artículo habrás aprendido que la mejor tarjeta gráfica en términos absolutos no existe, y esto tiene una explicación: es un componente que depende de las necesidades y del presupuesto de cada usuario. Debido a ello, la que sería la mejor tarjeta gráfica para mí no tiene porque serlo para ti, es así de simple.

No obstante, podemos hacer una selección general de las mejores tarjetas gráficas en función de su valor precio-rendimiento que os servirá como punto de partida a la hora de determinar cuál es la mejor tarjeta gráfica  para vosotros. Para que esta selección os resulte fácil de interpretar, vamos a partir del precio de venta más bajo que hemos encontrado, y las dividiremos en función de la resolución recomendada.

Mejor tarjeta gráfica en valor precio-rendimiento para 1080p: RX 580 de 8 GB

  • Núcleo gráfico Polaris 20.
  • 2.304 shaders.
  • GPU a 1.257 MHz-1.386 MHz.
  • 144 unidades de texturizado.
  • 32 unidades de rasterizado.
  • Bus de 256 bits.
  • 8 GB de GDDR5 a 8 GHz efectivos.
  • TDP de 185 vatios. Requiere un conector de 8 pines. Nos nos hará falta una fuente con 27A y 500 vatios.
  • Precio: desde 163,96 euros.

Mejor tarjeta gráfica en valor precio-rendimiento para 1440p: GTX 1660 Super

  • Núcleo gráfico TU116 en 12 nm.
  • 1.408 shaders a 1.530 MHz-1.785 MHz.
  • 88 unidades de texturizado.
  • 48 unidades de rasterizado.
  • Bus de 192 bits.
  • 6 GB de memoria GDDR6 a 14 GHz efectivos.
  • TDP de 125 vatios, requiere un conector de alimentación adicional de 8 pines y una fuente de 450 vatios y 24A.
  • Precio: desde 219,95 euros.

Mejor tarjeta gráfica en valor precio-rendimiento para 2160p: Radeon RX 5700 XT

  • Núcleo gráfico Vega 10.
  • 2.560 shaders.
  • GPU a 1.605 MHz de frecuencia base, 1.755 MHz modo juego y 1.905 MHz en modo turbo.
  • 160 unidades de texturizado.
  • 64 unidades de rasterizado.
  • Bus de 256 bits.
  • 8 GB de GDDR6 a 14 GHz.
  • TDP de 225 vatios. Requiere dos conectores de alimentación, uno de 6 pines y otro de 8 pines, y una fuente de 600 vatios con 34A.
  • Precio: desde 355,75 euros.

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