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El estreno de ‘Mulán’ en Disney+ pone a prueba la industria cinematográfica

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Mulán

Mañana viernes, 4 de septiembre de 2020, el remake de acción real del clásico de Disney Mulán se estrenará en Disney+, el servicio de vídeo bajo demanda del gigante del entretenimiento estadounidense. Pero no será hasta el próximo 4 de diciembre cuando los suscriptores podrán verla sin costes adicionales. Mulán es en cierta forma un experimento, más que un lanzamiento al uso. Por varias razones.

La primera y más importante es que Mulán, toda una superproducción de Disney con un presupuesto de 200 millones de dólares, no pasará por salas de cine. Por ninguna. No tendrá ni siquiera exposiciones puntuales, al estilo Netflix, con las que poder optar a premios. No es lo que se busca, en todo caso; el único objetivo de Disney con la película es el de siempre: hacer caja.

Tampoco va a ser la primera gran película que se estrene directamente como VOD: el mejor ejemplo lo tuvimos el año pasado con El irlandés, una producción de 160 millones de dólares que se exhibió en cines contados, pero cuyo principal escaparate ha sido Netflix. A causa de la pandemia de coronavirus, además, este 2020 se han estrenado muchas películas directamente en plataformas de streaming, porque en algunos casos era eso o nada.

Un ejemplo de esto último, el ejemplo más destacado, de hecho, nos lo dejó la propia Disney hace poco más de un par de meses con el estreno en Disney+ de Artemis Fowl, el inicio de una nueva franquicia en la que se gastaron 125 millones de dólares y que por su enfoque podría haber funcionado muy bien en taquilla.

Artemis Fowl

Artemis Fowl fue la primera película de Disney en ir directa a Internet

Mulán es harina de otro costal. No solo porque ha sido una producción más cara, sino por el nombre y lo que representa. Todos los remakes de acción real de los clásicos de dibujos animados de Disney han tenido una gran acogida en cines y este no tenía por qué ser diferente. ¿Por qué Disney no la estrena en cines? La excusa, por supuesto, es el coronavirus. ¿Pero lo es por el riesgo de salud o por el económico?

La pregunta es retórica, porque sabiendo lo family friendly que es Disney, se podría argüir que no quieren llenar los cines de familias echándose el aliento unas a otras. Sin embargo, desde que las salas reabrieron en junio se han estrenado unas cuantas películas, algunas con bastante éxito de asistencia, sin que se hayan levantado las alarmas por considerarlo un peligro.

La semana pasada se estrenó Tenet, uno de los lanzamientos más esperados del año y la recepción está superando las expectativas. Con un matiz, que hay que sumar a la limitación del aforo y, por lo tanto, a la limitación de la recaudación, y que también afectaría a Mulán: aún no ha podido estrenarse en Estados Unidos.

‘Mulán’, el experimento definitivo de Disney

Por el contrario, Disney estrenará Mulán mañana en Disney+, donde se podrá ver desde todos los países en los que opera el servicio, Estados Unidos incluido. No obstante, para ver Mulán del 4 de septiembre al 4 de diciembre, habrá que desembolsar la nada simpática cifra de 21,99 euros, además de los 6,99 euros mensuales que cuesta la suscripción. Pero no será un estreno en exclusiva. También podrá adquirirse de manera independiente tanto en Disney+ como a través de otras plataformas, como Google o Apple, por 29,99 euros.

Debates sobre el precio que le han puesto ha habido multitud, pero la conclusión más obvia es a quién va dirigida la película. Y como prácticamente todo el material original de Disney, va dirigido a familias. Y las familias las forman como poco dos personas, aunque lo más habitual es que sean de tres para arriba. Y los padres, que son los que pagan, saben que ir al cine a ver una película en familia no equivale económicamente al precio las entradas: desplazamiento, las entradas, palomitas, refrescos…

En otras palabras, muchos padres preferirán pagar los 21,99 o 29,99 euros que cuesta ver Mulán en digital antes que desplazarse al cine, no solo por evitar aglomeraciones, sino por el ahorro que ello supone: una entrada de cine sale por en torno a los 9 euros… luego por el precio de tres entradas pueden ver la película en la tranquilidad del hogar -y con los señores televisores que tenemos hoy en día- familia, amigos y hasta el vecino.

Hay otros datos dignos de consideración: con la exposición en salas, en las que cabe recordar que hay limitación del aforo, Disney tiene que compartir los beneficios con los cines y la recaudación se reparte casi a medias. Con la venta de la película en tiendas como las de Google o Apple el porcentaje que comparten se reduce al 30% y en Disney+ el pago íntegro va a la saca. Este último es el objetivo.

La plataforma de VOD de Disney sumaba el mes pasado 100 millones de suscriptores. Tirando por lo bajo y sin contar con lo que llegue por otras fuentes, con que un 20% pagara lo que piden por Mulán ya doblarían el presupuesto. Aunque no aspiran a eso, sino a mucho más. Como se mencionaba más arriba, todos los remakes de acción real de Disney han sido un gran éxito en taquilla, superando los 1.000 millones de recaudación.

Es decir, la mitad de hogares que tienen actualmente contratado Disney+ deberían adquirir Mulán para llegar a esas cifras. Claro que no hace falta que sean tantos, porque como se acaba de señalar, hay otras fuentes de distribución donde también podrá conseguirse la película y, mucho más importante, todo lo que entra a través de Disney+ no hay que repartirlo con terceros. Ergo, con que un 25% de los suscriptores paguen por ver Mulán, el negocio será redondo para la compañía.

Aun así, no deja de ser una apuesta arriesgada la de Disney, porque mientras que habrá quien pague con gusto, también habrá a quien espante soltar semejante cantidad de dinero para ver algo en su tele. No todo son familias y a buen seguro que habrá mucha gente que habría pagado por ver la película en el cine, pero que ni se plantea contratar Disney+.

Los cines, por su parte, acusan a Disney de traición por dejarles sin un lanzamiento como Mulán en un momento tan delicado como el que están pasando. Desde que se supo que la película iba directa a Internet, las muestras de rechazo han sido constantes: de comunicados repletos de indignación como el publicado por la Federación de Cines de España (FECE), a actos como los que se han podido ver en cines franceses…

… Todo ello pese a que Disney ha dicho que sus películas seguirán llegando a los cines, como previsiblemente sucederá con su próximo título de peso, Vida negra, cuyo estreno está fijado para el 30 de octubre. De ahí que Mulán se perciba como una suerte de experimento: quizás los beneficios puedan endulzar la amargura que les están transmitiendo sus hasta ahora indelebles socios. De hecho, seguro que pueden. Pero hay más.

Otra cuestión sobre la que vale la pena reflexionar es si el auge de las plataformas de vídeo bajo demanda, unido al impacto de la pandemia, pueden conseguir que las salas se bajen un poco del pedestal en el que se han colocado a sí mismas y relajen las restricciones que tienen con todo lo que no les gusta. Por ejemplo, que compañías como Netflix puedan estrenar sus películas sin márgenes temporales entre un medio y otro, sin ventanas de explotación que les condicionen.

Ampliemos el ejemplo con la citada El irlandés, de la que se dijo que representaba la muerte del cine por motivos similares a los que nos ocupan y que no se pudo presentar en el Festival de Cannes porque no se exhibió en cines, y no lo hizo porque la ley francesa impone un plazo de 36 meses (¡36 meses!) desde que una película se estrena hasta que puede ser distribuida por otros canales.

Si Netflix hubiese estrenado El irlandés en cines a finales del pasado noviembre, que fue cuando el servicio estrenó la película, tendrían que haber esperado tres años, hasta 2022, para poder añadirla a su catálogo. Y aunque no todas las legislaciones internacionales son tan estrictas, la gran N del VOD lleva años soportando boicot de las salas en todo el mundo por querer estrenar a la vez en cines e Internet. En Estados Unidos las cosas andan revueltas en este sentido y habrá que ver cómo se resuelven.

Trolls 2

Trolls 2 no llegó a los cines, pero ha sido el primer gran éxito estrenado en Internet

¿Y en España? Aquí también le han hecho boicot a Netflix: Roma fue vetada en salas por no respetar las ventanas de exhibición, aunque han habido otros casos menos notorios. El problema es que las palabras de los distribuidores no se corresponden con sus acciones. Se quejan de lo mal que lo pasan, primero del daño que les hace el streaming de contenidos y segundo del impacto de la pandemia, pero no dan su brazo a torcer ni un milímetro. Por ahora.

Dice el comunicado de la FECE al que he hecho referencia antes que «el éxito cosechado por la película de Santiago Segura, Padre no hay más que uno 2, que ha conseguido unas excelentes cifras de taquilla, similares a la etapa prepandemia, es una prueba contundente de que existe una fuerte demanda del público por ver nuevo contenido en pantalla grande«. ¿Por qué poner palos en las ruedas a otros medios, entonces?

Por no mencionar que los cines, que en España han estado largo tiempo quejándose de cómo los impuestos encarecen y perjudican el acceso de la gente a ‘la cultura’, cuando se ha rebajado el IVA de las entradas se han quedado con más de la mitad.

Siguiendo con los boicot, Netflix no ha sido la única en padecerlos. Ante la imposibilidad de estrenar en cines Trolls 2, Universal Pictures lanzó la película el pasado abril directamente en Internet con el mismo modelo que utilizará ahora Disney con Mulán, a excepción de disponer de una plataforma de distribución propia como es Disney+: la pusieron la venta en las tiendas habituales. La jugada les salió redonda y ganaron más dinero en tres semanas que en los cinco meses que la primera parte estuvo en cartelera. Como consecuencia, la primera cadena de cines de Estados Unidos se plantó ante el estudio.

Por todo esto, que es mucho y muy enrevesado, lo que pase con Mulán va a ser de gran interés para todas las partes implicadas, incluyendo también a los espectadores. ¿Confirmará este movimiento que el streaming es más lucrativo que el modelo tradicional? ¿Se atreverán las salas a boicotear a Disney? Por el momento lo único que parece claro es que Mulán va a poner a prueba a la industria como no se había puesto antes, y del resultado puede depender que se repita o no. Y si se repite se llama tendencia.

Enfocado en las nuevas tecnologías empresariales y de usuario final. Especializado en Linux y software de código abierto. Dirijo MuyLinux y escribo en MC, MCPRO y MuySeguridad, entre otros.

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